La Mesa del Congreso ha dado luz verde a la proposición de Junts para que el Pleno debata y vote sobre la posibilidad de instar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a someterse a una moción de confianza. La iniciativa se discutirá el 25 de febrero o el 11 de marzo y, aunque pueda ser aprobada, no será vinculante para el jefe del Ejecutivo.
La admisión a trámite de esta propuesta llega tras dos intentos fallidos, en los que PSOE y Sumar bloquearon su avance. Sin embargo, la presión de Carles Puigdemont ha sido determinante para que el Gobierno finalmente accediera, en un contexto de negociaciones donde Junts ha exigido la división del decreto ómnibus y el cumplimiento de diversas demandas independentistas.
El debate sobre la moción de confianza se producirá en un periodo clave para las relaciones entre el Ejecutivo y Junts. La formación catalana busca negociar cuestiones como el traspaso de competencias en inmigración, la aplicación efectiva de la ley de amnistía y el reconocimiento del catalán en la Unión Europea. En función del resultado de estas negociaciones, Junts podría incluso retirar su iniciativa.
Si la propuesta llega a votación, es probable que cuente con el apoyo de los siete diputados de Junts, así como de PP, Vox y posiblemente Podemos, lo que podría permitir su aprobación. No obstante, el Gobierno ya ha dejado claro que, incluso si el Congreso insta a Sánchez a someterse a una moción de confianza, esta decisión seguirá siendo potestad exclusiva del presidente del Gobierno, según establece la Constitución.
La moción de confianza es un mecanismo que solo se activa si el presidente del Gobierno está seguro de contar con los apoyos necesarios para superarla, ya que un resultado negativo implicaría su dimisión y la posible convocatoria de elecciones anticipadas. Por tanto, aunque el Congreso pueda debatir y votar esta proposición, la decisión final seguirá en manos de Pedro Sánchez.
