El presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Juan Vivas, ha hecho un llamamiento al Gobierno central y a las comunidades autónomas para que asuman un compromiso solidario en la acogida de menores no acompañados. La crisis migratoria ha sobrepasado la capacidad de la ciudad, que acoge un 500% más de menores de lo que puede soportar
Esta mañana, en un acto celebrado en el Salón del Trono del Palacio de la Asamblea de Ceuta, el presidente de la ciudad autónoma, Juan Vivas, ha comparecido junto a la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, para abordar la creciente crisis migratoria que afecta a la región, focalizada en la llegada masiva de menores no acompañados. Durante su intervención, Vivas ha sido enfático al calificar la situación como «límite, insostenible y dramática», señalando que la capacidad de acogida de la ciudad ha sido desbordada en un 500%, lo que ha dejado a Ceuta en una posición de vulnerabilidad extrema.
El presidente ha subrayado que, a pesar de los esfuerzos realizados por la ciudad, la presión migratoria ha superado con creces las capacidades locales. «Ceuta tiene excedida su capacidad de acogida en un 500%. El número de menores acogidos en Ceuta por cada mil habitantes multiplica por 18 la media nacional», declaró Vivas, haciendo hincapié en la gravedad de los hechos. Además, destacó que esta crisis no solo es una cuestión de números, sino también un «drama humano irreparable» que afecta tanto a los menores que llegan en condiciones desesperadas como a la comunidad ceutí en su conjunto.
El presidente ceutí aprovechó la ocasión para agradecer la presencia de la ministra Sira Rego, a quien reconoció el interés y la receptividad hacia los problemas de la ciudad. Según Vivas, existe un «muy alto grado de coincidencia» entre ambos en cuanto al diagnóstico de la situación y las estrategias necesarias para afrontarla. «Estamos ante una cuestión de Estado», afirmó contundente, subrayando que la respuesta no puede recaer solo sobre Ceuta, sino que debe ser asumida de manera conjunta por el Gobierno central y las comunidades autónomas.
Vivas explicó que la crisis migratoria en Ceuta requiere una doble estrategia de actuación. En primer lugar, se hace imprescindible abordar la emergencia actual, para lo cual el presidente considera fundamental el traslado inmediato de menores a otras comunidades autónomas y la asignación de financiación estatal para cubrir los elevados costes que ello conlleva. En segundo lugar, Vivas insistió en la necesidad de desarrollar un planteamiento de carácter estructural y estable, que permita gestionar de manera ágil y eficiente situaciones de sobresaturación en cualquier comunidad autónoma que se vea afectada. «Este marco estructural debe incluir decisiones legislativas que aseguren una acogida digna y una distribución justa de los recursos», apuntó.
El presidente recordó que el pasado 15 de agosto, Ceuta ya solicitó formalmente ayuda al Gobierno de la Nación y a las comunidades autónomas, pero reiteró que la crisis requiere de una respuesta integral del Estado. «La situación es extremadamente difícil y no es retórica decirlo. Los datos hablan por sí mismos. El esfuerzo que hemos realizado ha sido enorme, pero ya no da más de sí», advirtió Vivas. Además, señaló las dificultades para mantener la emergencia con los recursos actuales, lo que hace inviable ampliar la capacidad de acogida sin un apoyo decidido del resto del Estado.
Durante su intervención, el presidente también quiso destacar el «extraordinario» trabajo que realizan los profesionales del área de menores en Ceuta, a quienes definió como «admirables» por haber respondido con eficacia a una situación de extrema emergencia. «De todos los menores que están acogidos en estos momentos en la ciudad, un 70% lo están en recursos provisionales y de emergencia», explicó Vivas, quien subrayó la importancia de contar con recursos adicionales para poder continuar prestando este servicio.
Otro de los puntos clave que abordó Vivas en su discurso fue la necesidad de que el Gobierno central entienda la singularidad de Ceuta como ciudad fronteriza y los riesgos que ello conlleva. «Las consecuencias de la permeabilidad de nuestra frontera no pueden recaer sobre las débiles espaldas de una ciudad de apenas 20 km2», declaró el presidente, recordando que Ceuta es una frontera europea en África, con todo lo que eso implica en términos de presión migratoria y amenazas a su estabilidad. «Esta es la frontera de Europa y España que está en África, por tanto, es la frontera de todos», añadió, haciendo un llamado a la solidaridad y a la responsabilidad compartida.
Vivas concluyó su intervención reiterando su confianza en que el acuerdo entre administraciones se materialice y subrayando la importancia de la lealtad institucional en momentos como este. «Nosotros vamos a ser cómplices a favor del acuerdo, vamos a hacer todo lo posible para que se produzca, porque no entendemos otra solución que no parta del consenso entre las distintas administraciones», afirmó.
Por último, el presidente quiso poner en valor tres aspectos fundamentales que, a su juicio, deben ser reconocidos en el marco de esta crisis: el trabajo ejemplar de los profesionales del área de menores, la labor imprescindible de la Guardia Civil y la Policía Nacional en las fronteras, y la «madurez» de la sociedad ceutí, que ha mostrado una actitud acogedora y libre de xenofobia, a pesar de las difíciles circunstancias que atraviesa la ciudad. «El reconocimiento de estos aspectos positivos debe ser un motivo de aliento para perseverar en el objetivo del acuerdo al que hemos apelado», finalizó Vivas.