La organización World Central Kitchen (WCK), conocida por su labor humanitaria en zonas de crisis, ha decidido suspender temporalmente sus actividades en Gaza. Esta decisión se produce tras el fallecimiento de tres de sus trabajadores en un ataque aéreo perpetrado por Israel. La ONG ha comunicado a través de sus redes sociales que están en proceso de recopilar más detalles sobre el trágico suceso.
Según testigos presenciales, mientras un convoy de ayuda humanitaria era asegurado, un grupo intentó apoderarse de la mercancía. En ese momento, un dron israelí disparó contra la parte trasera de uno de los camiones. Al acercarse varias personas para ayudar, otro misil impactó en el vehículo donde viajaban los trabajadores de WCK, claramente identificados con el logotipo de la organización.
Entre las víctimas se encontraba el responsable de las cocinas comunitarias en el este de Jan Yunis, un conductor y el encargado de evaluación y monitoreo. Los hechos ocurrieron en la carretera de Salah al Din, en la zona de Satar al Sharqi, al noreste de Jan Yunis.
El Ejército israelí ha declarado que uno de los fallecidos, Hazmi Kadih, era un miliciano implicado en un ataque anterior, lo que justificó el ataque basándose en información de inteligencia. Sin embargo, esta afirmación ha sido recibida con escepticismo por parte de la comunidad internacional y las facciones islámicas en Gaza, que denuncian violaciones graves contra las organizaciones humanitarias.
Este no es el primer incidente de este tipo. En abril, siete trabajadores de WCK perdieron la vida en un ataque similar, a pesar de haber coordinado sus movimientos con el Ejército israelí. El ataque fue posteriormente calificado como un ‘error’ por las autoridades israelíes, quienes admitieron que el convoy había sido identificado incorrectamente.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con la población enfrentando una severa escasez de alimentos y recursos básicos. Las organizaciones humanitarias desempeñan un papel crucial en la provisión de ayuda, pero los riesgos asociados con su operación en zonas de conflicto son cada vez mayores.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por estos incidentes y ha instado a todas las partes a garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios. La suspensión de las actividades de WCK representa un duro golpe para los esfuerzos de ayuda en la región, dejando a miles de personas sin acceso a alimentos y asistencia básica.
