En la última entrega de nuestra exhaustiva serie «Descifrando el Presupuesto», nos adentramos en un tema de gran relevancia para el futuro de Ceuta: la deuda pública. La ciudad, con un acumulado de 210 millones de euros en deudas con bancos, sitúa a cada uno de sus ciudadanos frente a una carga promedio superior a los 2.400 euros. Este dato es especialmente alarmante considerando las dimensiones y la población de Ceuta.
Comparando Ceuta con otras ciudades de tamaño similar, encontramos notables diferencias. Tomemos, por ejemplo, Melilla, que comparte características demográficas y geográficas con Ceuta. Según datos del Ministerio de Hacienda, Melilla registró una deuda pública de 105.216.000 euros en 2021. Aunque no disponemos de una cifra exacta por habitante para Melilla, la brecha en la deuda total es claramente significativa.
La magnitud de la deuda en Ceuta plantea serias preocupaciones sobre las responsabilidades financieras de las generaciones futuras. La deuda pública no es solo un número en los libros de contabilidad; tiene un impacto directo en la vida diaria de los ciudadanos, desde la disponibilidad de servicios públicos hasta las obligaciones fiscales futuras.
La crisis económica de 2008 ofreció lecciones valiosas sobre las consecuencias de una alta deuda pública. Las ciudades con grandes deudas tienen menos flexibilidad para responder a crisis económicas y sociales, viéndose limitadas en su capacidad para invertir en infraestructura esencial, servicios sociales y otros programas vitales para el bienestar de sus habitantes.
En Ceuta, una deuda que asciende a más de 2.400 euros por persona sugiere una dependencia considerable de la financiación a través de préstamos. Esta estrategia, aunque ofrece soluciones a corto plazo, puede comprometer a largo plazo la viabilidad financiera de la ciudad y la calidad de vida de sus residentes.
Comparando la situación de Ceuta con La Línea de Concepción, encontramos diferencias significativas en la gestión de la deuda pública. La Línea de Concepción, al inicio de 2023, comenzó a amortizar 5,8 millones de euros de su deuda municipal. Heredada en 2015 con un monto de 177,5 millones de euros, se ha reducido a 134 millones gracias a una gestión fiscal responsable. Este caso resalta la capacidad de un gobierno local para manejar de manera efectiva la deuda, en contraste con Ceuta, donde la deuda sigue siendo una carga pesada.
La experiencia de Estepona bajo la administración del alcalde José María García Urbano en la reducción de deuda es aún más ilustrativa. Al asumir el cargo en 2011, enfrentó una deuda de 300 millones de euros para una población de 60.000 habitantes. Con un enfoque en la eliminación de gastos superfluos, la optimización de la administración y la disolución de estructuras paralelas ineficientes, no solo logró reducir la deuda, sino también mejorar la calidad de vida y los servicios en la ciudad.
Estepona demuestra cómo una gestión fiscal prudente y decisiones estratégicas pueden transformar adversidades financieras, lección valiosa para Ceuta en su búsqueda de una mejor situación fiscal.
Además, es importante destacar el papel de la transparencia y la participación ciudadana en la gestión de la deuda pública. La implicación de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones y la transparencia en la gestión de los recursos son fundamentales para generar confianza y asegurar una gestión fiscal sostenible.
En el contexto internacional, ciudades como Barcelona y Madrid han implementado medidas innovadoras para gestionar su deuda. Barcelona, por ejemplo, ha priorizado la inversión en proyectos sociales y sostenibles, mientras que Madrid ha trabajado en la reestructuración de su deuda y en la mejora de la eficiencia en la gestión de recursos. Estas experiencias ofrecen perspectivas útiles que Ceuta podría considerar en su estrategia de manejo de la deuda.
Por último, es esencial abordar la deuda pública de Ceuta no solo como un desafío financiero, sino también como una oportunidad para repensar las prioridades y estrategias de desarrollo de la ciudad. Implementar políticas fiscales responsables, promover el desarrollo sostenible y garantizar la equidad en la distribución de los recursos son pasos cruciales hacia una Ceuta más próspera y sostenible.
En conclusión, la deuda pública de Ceuta es un tema que va más allá de los números, afectando directamente a cada residente. Requiere una gestión meticulosa, transparencia y una planificación estratégica enfocada en la reducción de la deuda y la promoción de un desarrollo sostenible que beneficie a todas las generaciones presentes y futuras.